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El condensador y los platinos

La misión del condensador, en los sistemas de encendido clásicos, como los de nuestras Sanglas, era amortiguar la chispa de la extracorriente de apertura (cuando los platinos se abren empujados por la leva giratoria) , generada por la inducción de la bobina. De este modo, se trataba de proteger a los platinos frente a la «migración» de material en los propios contactos, disminuyendo los cráteres que se producían y aumentando, por tanto, su vida útil.

 

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Esa extracorriente de apertura, hace que retorne hacia los platinos una tensión, procedente del primario de la bobina de alta, que con frecuencia alcanza picos que superan los 500 V. A ello hay que sumar la intensidad de la corriente que los atraviesa en cada momento de contacto, superior a los 3 A.
Dado que se trata de una corriente alterna amortiguada de corta duración pero que se repite en cada ciclo del motor, se pensó en derivarla a masa mediante un condensador, que para ese tipo de corriente es casi como un cortocircuito, y sin embargo no afecta a la corriente continua, que es con la que deben trabajar los platinos, procedente de la batería o de la dinamo.
Los valores solían estar entre unos 180 kpF y unos 250 kpF, con aislamiento de papel (luego poliester) capaz de soportar sin perforación unos 600 o más voltios ( hoy, uno moderno de poliéster a 1500 V no ocupa ni la mitad de los antiguos, y no vale mas que unos céntimos). Estos condensadores (lo mismo los antiguos que los modernos) no se gastan, sólo si la calidad del dieléctrico no es buena, pueden perforarse y hay que cambiarlos. Arias Paz describe bien cómo se comprueban con una simple bombilla, aunque más adelante describimos un procedimiento más preciso.

 

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En cuanto al cálculo de la capacidad “óptima” para nuestras motos, yo creo que se hacía tanteando, ya que debido a la enorme variación del régimen de funcionamiento del motor, desde unos cientos de rpm a unos cuantos miles, y desde una carga en pistón a plenos gases, a otra muy distinta a ralentí, la resonancia con la inductancia del primario de la bobina era muy variable. Y el condo debía estar acordado con la reactancia inductiva, cosa que solo se produciría en circunstancias excepcionales, por lo que se buscaría una solución de compromiso, como siempre. Téngase en cuenta que la mayor o menor dificultad de la chispa en la bujía, junto con el voltaje, la intensidad, el tiempo y la frecuencia de las chispas, todo influye en el cálculo de la resonancia, o sea, en los valores de L y C ( sin contar que R también depende de la temperatura, que también varía…).

En fin, que para un encendido convencional, pondría un valor de unos 220 kpF (220k), de poliéster, a 1500 V, que es un estándar normalizado y disponible en cualquier tienda de componentes electrónicos, y ¡a correr! En cuanto al precio, no creo que pasen de 50 cts de Euro.

Actualmente hay condensadores de poliéster que soportan mucho mejor que los antiguos las altas tensiones, y son mucho más pequeños, pudiendo alojarse en el encapsulado del antiguo, una vez hechas las conexiones y rellenado con Araldit o similar. O dejarlo con las patillas vistas: una a masa y la otra a platinos.

 

 

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De todas formas, insisto en que esos condensadores antiguos (como los modernos), no pierden capacidad ni con el uso ni con los años, pues no son electrolíticos. Lo único que les puede suceder es que se desuelden de los terminales, o que se pongan en cortocircuito o con fugas al perforarse el dieléctrico. Ambas posibilidades son remotísimas, pero se averiguan enseguida con un tester de alta impedancia de los digitales que venden en supermercados (por unos 6 euros), puesto el selector en la escala de 2.000k ohmios (2 Megohms) o más de resistencia.
Se prueban conectando las puntas de prueba a sus terminales y viendo que si está el condo descargado (para lo cual antes hemos puesto en contacto sus dos puntas uniéndolas con algún trozo de cable que retiramos al hacer la medida), al cabo de unos segundos, marcará resistencia infinito (un 1 a la izquierda de la pantalla). Si estuviese cargado, porque le hubiésemos conectado un instante a una pila o a la bateria, marcará mientras se descarga, unos números que no nos dará tiempo a leer, para al final (al cabo de 1 o 2 segundos) volver a marcar infinito. Luego, si invertimos las puntas de prueba, veremos que marca la descarga como cuando estaba cargado, para, a los pocos segundos, volver a marcar infinito de resistencia Esto se debe a que el polímetro debe hacer circular una pequeña corriente al condensador para comprobar su aislamiento, que si es bueno, ha de ser de un valor tan elevado que tiende a infinitos ohmios.
Si, como hemos dicho, en la escala de meghomios, marcase algo, eso indicaría que tiene fugas, y habría que sustituirle por uno sano. Si marcase cero, estaría en cortocircuito, y también habría que tirarle.

 

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No hay tabla de equivalencias por marcas, pero es que no hace falta, pues cualquier condensador de poliéster que sea de unos 220 kpF (0.22 uF -microfaradios- o  220.000 picofaradios) +/- 40kpF valdría, con tal de que su aislamiento sea apto para 1500 V, muy superior al de los antiguos. Una de las patillas va a masa, y la otra a platinos. Lo ideal para protegerlo de vibraciones es poner muy cortas las patillas, o meterlo en el encapsulado del antiguo y rellenar con silicona o mejor, con araldit. Eso es lo que hacen los coleccionistas de radios «vintaje», para sustituir los antiguos sin que se note, pues los meten dentro de los encapsulados antiguos, ya que sobra bastante espacio.
Y por supuesto que aguantan todo (vibraciones, temperatura, humos, etc.) mejor que los antiguos, pues los materiales son infinitamente mejores.

Con los antiguos…lo que solía ocurrir era que se les sustituía (a veces junto con los platinos), como norma en muchos talleres para «justificar»… siendo totalmente innecesario